viernes, 27 de diciembre de 2013

¡¡MI HIJO NO SABE PERDER!!

A menudo los niños se enfadan cuando están jugando y pierden. Algunos incluso pueden gritar, patalear y acusar a los demás de que han hecho trampa. Se trata de un comportamiento “comprensible” porque aún es pequeño y es normal que no le guste perder, pero es imprescindible ponerle coto porque si no lo hacemos, esta actitud podría convertirse en una barrera para su desarrollo social.
Comprender qué pasa por su mente
El primer paso para educar a un niño es intentar ponerse en su lugar, comprender qué ideas pasan por su mente. Debes tener en cuenta que los pequeños no son adultos en miniatura, sus razonamientos distan mucho de la perspectiva de un adulto por lo que no siempre es fácil convencerlos echando mano a argumentos lógicos.
Como regla general, los niños pequeños son muy mandones. ¿Por qué? En primer lugar, porque recién acaban de comprender que son una personita independiente de sus padres yquieren afianzar su incipiente personalidad. En segundo lugar, porque este descubrimiento también les causa cierto miedo, por lo que intentan mantener las cosas bajo control.
El hecho de saberse independientes, también da pie a la necesidad de aprobación. A partir de losdos años, aproximadamente, el niño comienza a mostrar sus habilidades ante los adultos para que estos le halaguen. Obviamente, perder no es la mejor manera de encontrar aceptación y el niño lo sabe muy bien.
Todo esto significa que, en la base de querer ganar siempre, no solo se haya el egocentrismo propio de los niños, sino también el miedo a ser rechazado por las personas que le resultan significativas. De hecho, a menudo los niños que más se enfadan cuando pierden, son los pequeños mimados de la casa, los que siempre son el centro de atención y están acostumbrados a salirse con la suya.
Por tanto, para enseñarle a un niño a asumir las derrotas, es importante trabajar tanto su egocentrismo como transmitirle la idea de que el amor de los padres no se basa en sus logros o fracasos.
Cinco consejos para enseñarle al niño a perder
  1. Predica con el ejemplo. Los niños aprenden fundamentalmente por imitación. Si ve que sus padres no saben perder y se frustran ante el menor contratiempo, es normal que imiten esos comportamientos. Manteneos particularmente atentos a cómo os comportáis cuando juega vuestro equipo de fútbol.
  2. Cuida tu vocabulario. Si a menudo usas las palabras “perdedor” y “fracasado” dándoles una connotación negativa, el niño podrá percibirlo y no querrá perder, sobre todo cuando estás presente. Transmítele la idea de que perder o ganar en un juego no es un indicador para medir su valía.
  3. Juega limpio. Cuando juegues con el niño, puedes dejarle ganar en algunas ocasiones ya que así fomentarás su autoestima pero asegúrate de que esto no se convierte en una norma. Así podrás ir templando su carácter para las derrotas. No importa quién pierda o gane, hazle ver que lo esencial es divertirse. De esta forma irá comprendiendo que los niños con los que juega no son enemigos a derrotar.
  4. No exaltes al ganador ni humilles al perdedor. A veces nos dejamos llevar por la emoción del momento y profundizamos las diferencias entre el ganador y el perdedor. Recuerda que se trata simplemente de un juego, cuando gane, dile que lo ha hecho bien, cuando pierda, resalta el hecho de que se ha divertido.
  5. Explícale lo que sucede cuando se enfada. Intenta que se ponga en el lugar de sus compañeros de juego para que comprenda que enfadarse y acusarlos de hacer trampa no es un comportamiento aceptable. Una buena idea es usar marionetas para representar la situación, dándole al niño el papel del ganador.

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